sábado, 11 de agosto de 2007

Sus Piernas


"...Y creyó sentarse en el tren correcto, en primer asiento sin ni siquiera mirar el fondo del vagón; entrecruzó sus piernas y viajo plácidamente. El camino era hermoso llegando a ser paradisíaco, pero poseía muchos escombros y piedras, por lo que reiteradamente pensó en abandonar el viaje y bajarse, pero estaba encandiladamente cegada con la belleza del paisaje, y a pesar de tener miedo de las quebradas que veía avenirse, siguió viajando. Avanzaba deslumbrada recordando su viaje anterior, el cual había sido muy parecido al actual, pero aquella vez viajaba sin equipaje... su equipaje¿?!!.. lo comenzó a buscar desenfrenadamente, pero no lo encontró; se había caído unos kilómetros antes, o el bus lo había dejado caer cruelmente...Se sintió completamente desnuda y lo primero que hizo fue esconderse, trataba de esconder y cubrir todo su cuerpo con sus manos mientras que el miedo la devoraba por dentro. Quiso bajar del bus en busca de su equipaje, pero ya comenzaba a no necesitarlo...se sentó nuevamente, pero esta vez con las piernas juntas, muy juntas. Avanzaba y entre mas escombros que poseía el camino, mas recordaba su viaje anterior; de pronto una quebrada que el bus tomo intencionalmente le hizo descolocarse...El viaje llegó inesperadamente a su fin, el fin que temía pero que no quería ver que ocurriría. Heridas tenía en sus manos, sus piernas y sus senos...levantose del suelo. Superficialmente, con las manos ensangrentadas, arregló su pelo... miró hacia el fondo del vagón, como en todo el camino no lo había hecho...otro pasajero viajaba junto a ella todo el camino en un asiento mas cómodo, por lo que resulto ileso del accidente; miró sus ojos desafiantes y sus heridas comenzaron a sangrar fuertemente, bajó la mirada a causa del dolor que sentía en sus piernas, sintió desmoronarse...El bus abrió sus puertas...ella decidió correr sin mirar atrás. Subió la quebrada con sus rodillas brutalmente heridas que no cesaban de sangrar...Por fin llego a la carretera, cogió el primer auto a su paso, el cual “amablemente” la llevó de regreso. Ya era de noche, el paisaje hermoso ahora se convertía en puras sombras...mirose en el retrovisor, su cabello ensangrentado rozaba el párpado de su ojo humedecido y una gota de sangre se deslizó por su mejilla... se limpió bajando la mirada hacia sus piernas, las cuales ya ni sentía debido al intenso dolor que causaban sus heridas...motivo por el cual no pudo volver a cerrarlas...Se dignó; cogió un cigarro de la guantera, lo encendió... y lo fumó macabramente.”